viernes, agosto 14, 2015

Ministros y plantas de interior

Pongamos que yo soy un ministro. De interior, como las azaleas o las gardenias. Pero, además de hacer bonito, tengo a mi cargo temas como la seguridad ciudadana, el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y esas cosillas.

Pongamos que una de las grandes figuras de mi partido lo han pillado en tres o cuatro corruptelas. Bien. ¿Qué corresponde aquí? Pues recibirlo en mi despacho ministerial, por supuesto. Eh, que el despacho sea del ministerio no quiere decir que no pueda tratar en él temas de mi partido o temas directamente personales. Ya que me llevo el coche oficial para hacer la compra, lo normal es que todo lo que era del Estado ahora es para mi uso y disfrute. Pero bueno, como la gente es muy dada a protestar, diré que es "para garantizar la transparencia". Eso sí, la reunión es a puerta cerrada, que las plantas de interior somos muy delicadas.

Pero oh, pobre de mi amigo, que sólo por haber gastado un dinero que no era suyo, está recibiendo amenazas. Sí, sí. No sé qué de twitter. Bueno, bueno. Imperdonable. Y claro, el pobre está hecho polvo, porque eso no se les hace a unos señores como nosotros, que les hemos traído la democracia a estos desgraciados. Como planta de interior que soy, me siento abrumado. Creo que me iré a meditar a un sitio así cerrado y fresquito. El Valle de los Caídos, por ejemplo. De paso tal vez le ponga otra medalla a la Virgen, que tanto nos está llevando por el camino de la recuperación. Una pena que esos perroflautas no lo sepan ver. Desagradecidos...

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