jueves, octubre 28, 2010

Polémicas aparte

Se podrían llenar los cinco océanos y los siete mares con todas las cosas que ignoro en este mundo, y me faltaría espacio. Una de las que ignoraba, hasta ahora, es que circula por internet un texto reproducido en diferentes formatos, llamado Decálogo para formar delincuentes. Reproduzco a continuación el citado escrito:


1. Comience desde la infancia dando a su hijo o hija todo lo que le pida; así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2. No le dé ninguna educación espiritual y moral; espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3. Cuando diga palabrotas, ríaselas; esto le animará a hacer cosas más graciosas.

4. No le regañe nunca, ni le diga que está mal algo de lo que hace: podría crearle complejo de culpabilidad.

5. Recoja todo lo que deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes... hágaselo todo; así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos y ver todos los programas que se le antojen. Cuide de que sus platos, vasos y utensilios estén bien esterilizados, pero deje que su mente se llene de basura.

7. Discuta y riña a menudo con su pareja en su presencia; así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día que la familia quede destrozada para siempre.

8. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario esforzarse y trabajar.

9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres; el sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos y amigos; piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle.

Y cuando esté metido en muy serios problemas... discúlpese diciendo: "Nunca pude con este muchacho".


Se atribuye la autoría de este texto al juez Emilio Calatayud Pérez. Aunque hay quien dice que no, y algunos dicen que el propio juez fue quien dijo no ser el autor, sí que lo he visto en un video leyendo este texto durante una entrevista en un programa de televisión, (y ojo, no estoy diciendo que por esto sea el autor) aquí dejo el link http://www.youtube.com/watch?v=oFITWUc8ZHE

El caso es que este escrito ha suscitado sus discrepancias y sus polémicas (parece que hoy todo es objeto de polémica). Bien, lo que yo opino es que el texto se titula Decálogo para formar delincuentes, y no Críticas a la educación liberal, ni Tratado único y determinante sobre los padres de hoy. Opino que tiene su grandísima parte de razón si no nos ponemos a buscar dobles lecturas, aunque para ser una guía inversa de como educar correctamente a los hijos, creo que le falta algo muy importante y que nombraré al final. Polémicas aparte, me voy a meter en harina y voy a entrar al análisis de cada uno de estos mandamientos:

1. Comience desde la infancia dando a su hijo o hija todo lo que le pida; así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece. Esta frase da a entender que no por darle más cosas se va a criar a una persona mejor (y yo añadiría que tampoco va a ser más feliz por ello). El problema es que hay quien entiende que lo que se dice aquí es que los valores de hoy estan equivocados, pues muchos padres actualmente tienden a pensar que hay que dar a los hijos todo lo que ellos no tuvieron.

2. No le dé ninguna educación espiritual ni moral; espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente. Este es, seguramente, el mandamiento que más ampollas levanta de los diez. Por una parte, atribuye la necesidad de unos valores para una formación adecuada de la personalidad, pero las palabras "espiritual" y "moral" hacen saltar el interruptor de "alerta: dogma religioso". Como ya he dicho otras veces, citando a Pío Baroja, "ni la religión ni la irreligión hacen mejores a las personas". Por otra parte, que en una crítica tan clara como esta aparezca como elemento clave la "libre decisión"... ¿tengo que decirlo?

3. Cuando diga palabrotas, ríaselas; esto le animará a hacer cosas más graciosas. Aparte de tener un tono de sarcasmo bastante amargo, esta frase no debería suscitar gran oposición por si sola: el problema es que no está sola.

4. No le regañe nunca, ni le diga que está mal algo de lo que hace: podría crearle complejo de culpabilidad. Este es un enunciado que puede evocar algo bastante intrínseco: puede que haya aquí quien recuerde una entrada anterior en este blog titulada Antología del disparate. Está extraída de un libro homónimo, en cuyo prólogo hablaba el profesor que reunía los múltiples disparates de los exámenes. En una de sus divagaciones finales comentaba (no recuerdo literalmente la frase) algo así como: uno no puede más que aceptar leer el error y no darles un guantazo, no sea que vayan a desarrollar algun tipo de "complejo". Digamos que alguna gente atribuye a la palabra "complejo" un carácter que en terminos vulgares definiríamos como "cuentitis", y que hay otra gente que atribuye a alguna gente la atribución a la palabra "complejo" de dicha característica. Remuévase bien y voilà!... gente ofendida. Como apunte personal, diré que no creo que la educación radique en regañar o no regañar, sino en... educar.

5. Recoja todo lo que deja tirado: libros, ropa, zapatos, juguetes... hágaselo todo; así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás. Aquí no hay más ofensa que una común a todas: el mentar al hijo de alguien como déspota o mala persona, cosa que ofende a muchos con su mera especulación.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos y ver todos los programas que se le antojen. Cuide de que sus platos, vasos y utensilios estén bien esterilizados, pero deje que su mente se llene de basura. Otro pequeño elemento que recuerda a un eco venido del pasado para decirnos que los valores actuales se equivocan: la censura, palabra tabú. Vamos a ver: ¿de verdad le parece a alguien que lo que se emite hoy por televisión es lo más adecuado para los niños? ¿De verdad necesitamos un país lleno de aspirantes a entrar en la casa de Gran Hermano?

7. Discuta y riña a menudo con su pareja en su presencia; así no le sorprenderá ni le dolerá demasiado el día que la familia quede destrozada para siempre. Hay quien cree que esto dice que sólo la estructura de la familia tradicional puede educar correctamente a una persona. Ni eso es cierto, ni está diciendo eso: sólo que la sensación de estabilidad en la familia es muy importante para el desarrollo de los hijos.

8. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario esforzarse y trabajar. Este enunciado viene a decir lo que venía en el primero. En una interpretación un poco libre, "no por darles más dinero los quieres más".

9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres; el sacrificio y la austeridad podrían provocarle frustraciones. Me ha parecido curioso que en uno de los vídeos con este decálogo que pueblan youtube, se acompañe esta frase con la foto de un niño bastante gordito; como si la obesidad no pudiera tener más causas que la negligencia educacional paterna. Aparte de eso, que no es cosa del autor del decálogo sino del editor del vídeo, tal vez sea la insinuación de que es mejor un niño frustrado que un niño consentido, como si la frustración no fuera más que una patraña de la psicología moderna (como mencionaba antes acerca de los complejos) lo que crea fuertes discrepancias.

10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos y amigos: piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle. Hombre, hay conflictos y conflictos: habría que examinar las multiples variables que ofrece la casuística. Habría unos casos en que habrá que regañarle, habrá otros casos en los que habrá que defenderle.

A mi entender, cada uno de estos mandamientos tiene una pequeña y valiosa semilla de verdad: no por tenerlo todo los niños crecen mejor, ni por dejarles a su libre albedrío moral, ni por reirles las gracias siempre, ni por no regañarles, ni por hacerlo todo por ellos, ni por dejarles ver todo lo que echan por la tele, ni por consentirles todo. Puede que el mayor problema que han visto muchos en este decálogo sea su tono de sarcasmo, tal vez la intuición de un odio o un rencor que resuena entre generaciones. Por mi parte, una cosa hay que no convierte a este texto en una pequeña guía para criar a los hijos: en ninguna parte se menciona que los niños además de disciplina necesitan cariño; y que además de valores necesitan felicidad; polémicas aparte, estos conceptos no se contrarian entre sí.