jueves, marzo 08, 2012

Jueves

A veces siento el impulso de escribir sobre algo. A veces es un impulso, a veces un empujón y a veces un tirón. Impulso es cuando me viene de dentro; empujón y tirón es cuando me viene de fuera. La diferencia entre estos dos es que el empujón es algo que alguien te da desde atrás para alejarte, y el tirón viene de alguien que te agarra para tenerte más cerca. Podría decirse que esta entrada es por un tirón.

Hoy es jueves, un jueves como otro cualquiera, otro ecuador de la semana como hemos visto pasar cientos y como, esperemos, veremos otros tantos llegar. Nada de particular salvo que ha coincidido caer ocho de marzo, y de nuevo nada de particular en ello, excepto porque se ha dado en llamar al 8 de marzo el Día Mundial de la Mujer, lo que entre otras cosas me recuerda esto http://www.youtube.com/watch?v=XsO49k8MY-4

Y después de Andrés Calamaro, continúo. ¿Qué puedo contar aquí? Poco, o nada. Al igual que para muchos hombres, la esencia misma de la mujer me resulta incomprensible. Si algo sé es que no sé gran cosa, o nada, pero no diré que no sé nada, aunque sea lo cierto, sólo porque emular a Sócrates de esta manera es algo de lo que han abusado tanto los pedantes como los hipócritas.

Como decía, no me siento capaz de hacer aquí una diserción genial sobre el alma femenina, igual que no me siento capaz de hacer una diserción genial sobre ninguna cosa. Pero sí haré una pequeña reflexión, humilde, minúscula, sobre el significado de este ocho de marzo.

Pensaba dejar algunas citas célebres sobre la mujer, pero he visto que la mayoría son de una chabacanería tal que bien podrían haber sido paridas por cualquier charrán apoyado en la barra de una tasca, ante un vaso de vino y con un palillo en la boca, así que lo he descartado por esta razón, y por otra que explico a continuación.

Hoy, los falsos progresistas están de enhorabuena. ¡Oh, el día de la mujer! ¡Gloria y pleitesía a la sacrosanta Igualdad! Las feministas más falofóbicas afilan sus uñas y sus dientes a la espera que algún machista les ataque verbalmente, para responder con una prepontencia comparable a la de aquellos que combaten. Pues, ¿no se ha dicho una y mil veces que combatir algo denodadamente acaba por acercarte más a ello?

Me parece mal que haya un día de la mujer. No porque piense que las mujeres no deban tener su día, sino porque pareciera que solamente un día se les otorgase el derecho a estar orgullosas de lo que son, a caminar con la frente alta y a reclamar su dignidad. La sociedad que las ha vilipendiado a través de la Historia les arroja un hueso, y se supone que hay que aplaudirlo.

A muchos se les olvida (y muchos otros no han comprendido jamás) que las mujeres son seres humanos. Si todos los días es el día del hombre, todos los días debería ser también el día de la mujer. Cada día ocho de marzo, y seis de enero, y catorce de febrero, y veinticinco de diciembre, y doce de octubre, y siete y dieciseis de julio (San Fermín y El Carmen respectivamente), y nueve de septiembre, y seis de diciembre, y uno de noviembre; para que tal día como hoy, las mujeres fueran consideradas por fin como lo que son y no como un perrillo al que se acaricia de vez en cuando para tenerlo contento, y así hoy no significaríamos que es el Día de la Mujer, sino un jueves como otro cualquiera.

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