lunes, julio 11, 2011

¿Anarquista, yo?

Hace no mucho tiempo, comentaba con un compañero que después de clase yo iba a volver a mi pueblo, y que al ser el fin de semana de las elecciones municipales y autonómicas, me daba un poco de miedo. "¿Por qué?", me preguntó asombrado; "Porque allí con la política la gente se vuelve loca" respondí yo.

Cuando la gente me pregunta por mis ideas políticas, yo digo que soy anarquista. No, no digo apolítico, digo anarquista. Los que me conocen bien y me quieren bien me dicen "no digas eso, hombre" o "no, tú que vas a ser...". Yo sigo diciéndolo, qué le vamos a hacer.

¿Acaso creo realmente que viviríamos mejor sin Estado? ¡No! Esto es solo una forma un poco o bastante brusca de separarme de los partidos actuales, del autoritarismo enmascarado del PP, del liberalismo aburguesado del PSOE, de la irreal visión de IU, y de la repugnancia que me producen los partidos nacionalistas.

No es que los anarquistas que conocemos a nuestro alrededor sean realmente una opción a considerar. El lema "Anarquía y birra fría" ya lo dice todo, no es sino una cándida idiotez para niños que se creen adultos sólo porque en su carnet pone que tienen más de 18 años y porque ya pueden beber, como si los problemas de la vida se resolvieran a base de alcohol y de legalizar la marihuana.

Retomando el tema, podría decir cuando me preguntan por mis ideas... bueno, miento: en realidad no me preguntan por mis ideas, sino de qué partido soy. Podría decir que no soy de ninguno, que no pertenezco a ninguno y que ninguno me dirige ni me posee en forma alguna. Podría decir que como mucho, seguiría a uno u otro por ser más afín a mi forma de pensar, pero que dado que no encuentro mis ideas reflejadas en ninguna de las opciones actuales, pues no podría decirme de ninguno...

Y, sin embargo, me digo anarquista. ¿Por qué? Por una razón sencilla: no creo en el poder. Creo más en la razón.

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